El almendro es un árbol adaptado a las condiciones edafoclimáticas propias de la cuenca mediterránea. Un hándicap importante de este cultivo en nuestros campos es su sensibilidad a las heladas de primavera, algo que se ha paliado bastante en los últimos años gracias a la selección de variedades de floración tardía (las heladas son perjudiciales en particular para los frutitos jóvenes, con cotiledones lechosos). Sin embargo es moderadamente resistente a las heladas invernales, pudiendo sobrevivir a temperaturas de hasta -15 ºC. Por otra parte, no es demasiado exigente en horas de frío, cubriéndose más que de sobra éstas en nuestras condiciones. Sí que es, sin embargo, exigente en iluminación.

No es una planta muy exigente en cuanto a suelos, si bien es sensible a los encharcamientos: los pies francos son muy sensibles a la asfixia radicular y a los patógenos del suelo. El exceso de humedad ambiental también es perjudicial ya que favorece los ataques criptogámicos a sus órganos aéreos.

Tolera la salinidad y la sequía, pero responde muy bien al regadío ya que puede multiplicar por 10 sus rendimientos con respecto a los que se obtiene en secano. Es un cultivo, por tanto, que se puede adaptar perfectamente a condiciones de riego deficitario.

En definitiva, se trata de un árbol rústico y adaptable, con bajas necesidades de calor pero sensible a heladas, que puede vegetar perfectamente en numerosas zonas de la provincia de Burgos, pero que para dar producciones rentables necesita condiciones algo más estrictas. Con el fin de identificar las zonas más propicias, se ha elaborado un mapa provincial de aptitud, en función de las siguientes restricciones:

– Se evitan grandes altitudes, para evitar la recurrencia de heladas primaverales; puntuación nula para altitudes por encima de 1100 msnm.

– Se prefiere una orientación noroeste, lo que permite cierto retraso en la floración (mejor contra heladas primaverales).

– Índice topográfico: evitar zonas de acumulación de humedad, como los fondos de valle.

– Última helada: cuanto antes mejor; valoración nula cuando es posterior al 15 de abril.

– Textura del suelo: se priorizan los suelos francos y franco-arenosos; se excluyen suelos arcillosos.

– pH del suelo neutro a alcalino; no es adecuado plantar en suelos por debajo de 5,5.

– Se excluyen las zonas forestales e improductivas.

Según estas condiciones, se estima que el cultivo del almendro podría ser una buena alternativa en determinadas zonas de las comarcas de Merindades, Adeco Buereba y Arlanza. El cultivo podría ser viable también en otros lugares, pero la incidencia de heladas primaverales podría comprometer su rentabilidad. En cualquier caso, se debe mostrar preferencia por las variedades de floración tardía (a partir de marzo).