El arándano americano es una planta acidófila, que vegeta perfectamente con un pH de 4.0-5.5, no tolerando en cambio los suelos calizos ni con pH altos. Prefiere los suelos ricos en materia orgánica y húmedos, pero bien drenados.
Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta para la obtención de producciones regulares es la necesidad del arándano en horas de frío; se trata de una característica varietal, de la cual depende también el periodo de maduración, según el siguiente esquema:
Requerimientos de frío según variedades | H/f necesarias | Maduración |
Requerimientos altos (Gigantes del Norte) | 800 o más | Junio-septiembre |
Requerimientos medios (V. ashei y sus híbridos, “rabbiteyes”) | Entre 400 y 600 | Agosto-octubre |
Requerimientos bajos (Gigantes del Sur) | Menos de 500 | Abril-junio |
Existen por tanto variedades muy tempranas, tempranas, de media estación, tardías, y muy tardías. En las condiciones propias del norte de España son de interés las Gigantes del Norte y los “Rabbiteyes”, estos últimos sobre todo por su producción extratardía.
El arándano es muy resistente a las bajas temperaturas, especialmente durante la parada invernal, si bien precisan estar bien iluminados. En cambio no soportan los veranos secos o episodios de temperaturas máximas elevadas, ya que esto puede dar lugar al arrugamiento de los frutos.
Un factor limitante para el cultivo del arándano puede ser la altitud, debido a que ésta puede conllevar una mayor exposición al viento, que es un factor perjudicial para el cultivo por los daños que provoca en el fruto. En caso necesario, la colocación de cortavientos podría paliar este problema.
Teniendo en cuenta estas consideraciones, se ha elaborado un mapa provincial de aptitud para el arándano en función de los siguientes parámetros:
– Altitud: se penalizan las altitudes superiores a 1600 msnm (mayor presencia de viento).
– Mejor en terrenos con menor pendiente.
– Horas frío: mínimo 800 horas acumuladas por debajo de 7 ºC.
– Temperatura media en julio-agosto: máximo de 22 ºC.
– Temperatura media de las máximas en julio-agosto: máximo de 28 ºC.
– Precipitación anual total: mejor cuanto más alta.
– Precipitación durante el verano: se prefieren las comarcas donde ésta sea más alta.
– Textura del suelo: se priorizan los suelos franco-arenosos y francos.
– pH: mejor cuanto más ácido; se descartan los suelos con pH superior a 6.
– Materia orgánica: mejor cuanto mayor contenido en materia orgánica tenga el suelo.
– Se excluyen las zonas forestales e improductivas.
Se concluye que el cultivo del arándano podría ser viable en algunas zonas muy concretas de la provincia, en las zonas de influencia de Merindades y Demanda Pinares.