El frambueso se cultiva en todas las grandes zonas frutícolas del mundo, desde el nivel del mar hasta más de 1000 msnm. Ello da cuenta de la gran adaptabilidad de esta planta.

Esta planta se adapta a climas diversos, siendo resistente tanto bajas temperaturas en invierno como a altas en verano. Necesita cubrir una cierta cantidad de horas frío que, para algunas variedades, pueden ser elevadas; oscilan entre las 600 y las 1200 h/f anuales (algunas variedades reflorecientes, que permiten 2 cosechas al año, tienen necesidades menores en horas frío).

El frambueso prefiere los veranos frescos y con humedad relativa alta; además, un buen contraste de temperaturas entre el día y la noche incrementa la calidad del fruto. Los veranos muy calurosos pueden dar lugar a pérdidas importantes de calidad.

Su floración tardía y escalonada hace que escape con facilidad a las heladas primaverales; sin embargo, su cultivo a grandes altitudes hace que el riesgo se incremente. También puede existir riesgo por heladas tempranas en otoño, sobre todo en el caso de variedades reflorecientes, ya que la segunda cosecha madura en dicha época; tampoco es bueno que llueva durante la recolección.

El frambueso es un arbusto leñoso cuyas raíces se sitúan de forma muy superficial, pero que se adapta bien a distintos tipos de suelo. Es muy sensible a la asfixia radicular, por lo que no le van bien los suelos encharcadizos o pesados; le convienen más las texturas franco-arenosas y francas. Prefiere suelos ricos en materia orgánica, y con pH cercano a la neutralidad.

Los factores indicados se han tenido en cuenta a la hora de elaborar un mapa de aptitud provincial para el cultivo del frambueso. Los parámetros de cálculo han sido los siguientes:

– Altitud óptima entre 0-600 msnm, disminuyendo luego hasta los 1200 m; altitudes mayores se desaconsejan, por incrementarse el riesgo de heladas.

– Mejor en terrenos con menor pendiente.

– Fecha de la última helada: cuanto antes mejor; puntuación nula a partir del 21 de abril.

– Horas frío: mínimo 600 horas acumuladas por debajo de 7 ºC; cuanto más mejor.

– Temperatura media en julio-agosto: máximo de 24 ºC.

– Temperatura media de las máximas en julio-agosto: máximo de 30 ºC.

– Textura del suelo: se priorizan los suelos franco-arenosos y francos.

– Se evitan suelos con contenidos en arcilla por encima del 25%.

– Materia orgánica del suelo: cuanto mayor contenido mejor. Se evitan los suelos demasiado pobres (por debajo del 1,5%), si bien existe la posibilidad de aplicar enmiendas orgánicas.

– pH: óptimo entre 6 y 7,5; se descartan los demasiado ácidos y los demasiado alcalinos.

– Se excluyen las zonas forestales e improductivas.

Se concluye así que el cultivo del frambueso al aire libre sería adecuado en gran parte de la provincia, sobre todo en las comarcas correspondientes a Merindades, Amaya Camino, Bureba y Arlanza. En estas zonas habría que optar, no obstante, por suelos suficientemente ricos en materia orgánica, o llevar a cabo las enmiendas necesarias.