Se trata de un cultivo de fácil integración en una explotación típica de secano, sin grandes requerimientos especiales de maquinaria ya que tanto para la siembra como para la recolección se pueden utilizar adaptaciones de las máquinas utilizadas para el cereal.

Es un cultivo con costes muy ajustados, con mínimos requerimientos en cuanto a fertilización y tratamientos. Su rentabilidad viene condicionada, sin embargo, por los rendimientos que se puedan obtener, y ello depende mucho de la fertilidad de los suelos que se le destinen.