Se trata de un cultivo que puede resultar muy rentable, al menos si se mantienen los actuales precios de venta, a cuya evolución habrá que prestar atención. Los rendimientos del cultivo son muy variables, en función de las condiciones ambientales; lógicamente, en secano no se pueden alcanzar las producciones del regadío, pero los costes son también más ajustados. Hay que indicar, no obstante, que se trata de un cultivo que se puede calificar de exigente, por lo que no sería adecuado destinarle terrenos marginales.

La quinoa es un cultivo que se puede acoplar perfectamente en una rotación con cereales y leguminosas; tiene una buena producción de biomasa, por lo que supone un aporte importante de materia orgánica, y además es posible elegir las variedades cuyo ciclo productivo encajen mejor en nuestra explotación. Exige no obstante ser cuidadoso con las labores de cultivo, y pueden existir ciertas dificultades en el control de las malas hierbas. Aparte de eso, su cultivo no presenta mayores dificultades, ni exige una inversión en equipamientos específicos.

Finalmente, también cabe indicar que la quinoa es un cultivo que se podría adaptar fácilmente a una producción ecológica, ya que en las condiciones actuales no parece que existan problemas graves de plagas y enfermedades, y además el control de malas hierbas que se practica habitualmente es mecánico (hay una falta de herbicidas autorizados). Y hay que tener en cuenta que, a día de hoy, el precio de venta del grano ecológico prácticamente dobla al del convencional.