Se trata en este caso de un cultivo que no presenta grandes particularidades con respecto a lo conocido por la mayoría de agricultores. Se trata ante todo de introducir pequeños cambios en el cultivo de trigo, mediante una elección adecuada de variedades y un mayor control de los abonados nitrogenados, para obtener un producto de calidad que es cada vez más demandado por la industria. Mencionar que también existe la posibilidad de los trigos media fuerza, con exigencias algo menores que las del trigo fuerza, pero también demandados.

Hay que tener en cuenta que este cultivo sólo es factible en regadío, y que exige por parte del agricultor un cierto grado de compromiso para obtener las características de grano que se demandan. Como contrapartida, el cultivo puede proporcionar beneficios sensiblemente más altos que los obtenidos con otras variedades de trigo. La adopción del cultivo de trigo fuerza no supone cambios sustanciales en cuanto al encaje dentro de las rotaciones, pero sí conviene ser precavidos y cultivar tras buenos precedentes de trigo, como pueden ser las leguminosas.