El cultivo de variedades de trigo de alta proteína, o trigos “fuerza”, no es muy diferente del de otras variedades de trigo blando habituales en los campos burgaleses. Existen algunas características propias de este cultivo, como es la necesidad de regadío y de mayores aportes de fertilizantes, pero las exigencias edafoclimáticas son las mismas que para los otros trigos.

Desde el punto de vista climático, la provincia de Burgos no presenta grandes limitaciones para el cultivo del trigo. En algunos casos pueden producirse heladas; dado que el momento en que la planta es más sensible al frío es tras la germinación, conviene realizar la siembra lo suficientemente pronto en otoño como para que la planta tenga tiempo de alcanzar su máxima resistencia al frío cuando lleguen los fríos invernales.

En cuanto a suelos, las tierras buenas para trigo son las profundas y bien drenadas; las demasiado arcillosas pueden provocar asfixia radicular, mientras que las muy arenosas pueden dar lugar a deficiencias nutricionales y estrés hídrico en momentos clave, como durante la maduración del grano.

El pH del suelo óptimo para el desarrollo del trigo se sitúa entre 6 y 7, si bien este cultivo tolera bien los valores entre 5 y 8. Como particularidad, los suelos demasiado orgánicos pueden perjudicar la maduración del grano, sobre todo en condiciones de primavera seca.

Se puede crear un mapa de aptitud para el cultivo del trigo fuerza a nivel provincial, tratando de identificar las zonas más propicias; para ello se han tenido en cuenta los siguientes criterios:

– Una pendiente elevada puede ser inconveniente para la aplicación de los riegos; evitar las que superen el 30%.

– Se favorecen las zonas con mayor precipitación, especialmente durante la primavera, aunque no es un factor limitante al cultivarse en regadío.

– Textura del suelo: se priorizan los suelos francos, franco-arenosos o franco-arcillo-arenosos.

– pH del suelo óptimo 6,5.

– Se evitan los suelos excesivamente arcillosos (contenidos en arcilla por encima del 40%), así como los arenosos.

– Se excluyen las zonas forestales e improductivas.

Prácticamente todas las zonas cultivables de la provincia de Burgos son favorables para la producción de trigo fuerza, siempre que se disponga de regadío. Por tanto, desde un punto de vista agroambiental, se trata de un cultivo recomendable en Merindades, Amaya Camino, Bureba, Arlanza, Demanda Pinares y Ribera del Duero.