La implantación de un aprovechamiento de trufa negra es una decisión que debe ser bien meditada, teniendo siempre presente las particulares condiciones edafoclimáticas que precisa este cultivo. Por otra parte, existe la posibilidad de emplear terrenos marginales, pero siempre que se cumplan los citados requisitos.

Es cierto que un cultivo bien asentado y productivo puede llegar a tener una buena rentabilidad, con costes muy contenidos, pero hay que considerar la fuerte inversión inicial y el largo periodo de espera hasta la plena producción. Además, en ocasiones los resultados son variables, y siempre existe cierta incertidumbre. Por otra parte, aún son muy pocas las hectáreas dedicadas a este aprovechamiento en la provincia de Burgos, con lo que los datos son escasos y difícilmente extrapolables. Todos estos son factores que hay que tener muy en cuenta, para evitar frustraciones.

Finalmente, apuntar también que la trufa de verano podría ser una alternativa viable (aunque menos rentable) en aquellas zonas que sean menos propicias para la trufa negra; ambos cultivos están sometidos, no obstante, a las mismas estructuras de costes.